
Pero hay algo que cautiva de estos objetos, algo en sus formas, en su figura, en eso de querer ser algo más de lo meramente fuincional, y es esto lo que les otorga una extraña belleza, pero belleza al fin y al cabo.
Sus constructores, arquitectos soviétivos que vieron en estos pequeños proyectos la oportunidad esquiva de construir sus ideas en tiempos en que fueron practicamente "encarcelados" dentro de sus fronteras, trataron de dar algo más de dignidad a estos objetos siempre menospreciados, que sea en el lugar que sea terminan siendo vandalizados, convertidos en basureros provisorios o baños públicos.
Sus proyectos no serán olvidados, por lo menos no por este blog.

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