sábado, 18 de abril de 2009

DONDE LOS BARCOS VAN A MORIR

La bahía de Nuadibú, en Mauritania, es famosa por albergar en sus costas uno de los mayores cementerios marinos del mundo. Cientos de embarcaciones de todas las nacionalidades que presentan un avanzado estado de oxidación se acumulan desde hace años junto a la costa; algunas semienterradas por la arena, otras formando improvisados arrecifes y otras flotando libremente por sus aguas. Un simple vistazo de la zona en Google Maps produce escalofríos, un paisaje desolador y terrorífico. Decenas de esqueletos yacen a uno y otro lado de la bahía, formando un gigantesco vertedero. La propia UE ha aprobado un proyecto para financiar la limpieza de esta bahía, ya que la proliferación de chatarra pone en peligro a otros barcos y el medioambiente de la zona. En la playa situada frente a la bahía fantasma, algunos mauritanos han aprovechado los restos de los barcos para construirse una casa.


Según ha trascendido, los oficiales del puerto mauritano aceptan sobornos y a cambio de ello permiten que se desechen barcos enteros en el puerto y alrededores de la bahía. Esta práctica se inició en los años 80 después de la nacionalización de la industria pesquera de Mauritania, numerosos buques comenzaron simplemente a ser abandonados allí. Sin duda alguna es todo un atentado contra la ecología del lugar.
Aunque no se ha determinado a ciencia cierta el número exacto de embarcaciones abandonadas se estima que ellas alcanzarían las 350.
Por muy bizarro y extraño que parezca este paisaje apocalíptico no es el único de este tipo en el mundo. El Alang Ship Recycling Yard taggeado en Tagzania es uno más de ellos; otro caso es en Bangladesh donde los países europeos se deshicieron de sus superpetroleros y en solo dos meses su población reducen un petrolero de 240.000 toneladas en chatarra utilizando martillos, palancas y sus manos desnudas; el caso del cementerio de barcos de Kamchatka, al noreste de Rusia, se diferencia del resto por el contraste de su paisaje, aquí el mar permanece congelado la gran parte del año y en las pocas semanas que se puede navegar hasta ese punto, es cuando en su día se aprovechó para llevar hasta allí a esos barcos, donde incluso submarinos de la armada rusa han ido a parar a ese lejano lugar.
Estos son solo algunos ejemplos de muchos más que existen en las costas del mundo.



Saber que hacer con estas grandes embarcaciones una vez dadas de baja ha sido siempre un dolor de cabeza para las autoridades, no solo por su tamaño sino por el costo que significa su desmantelamiento. Ante esta situación ya algunos han tomado cartas en el asunto y han ideado una forma no solo económoca sino también ecológica. La idea es simple: hundirlos. Si, de esta manera la naturaleza completa el proceso convirtiendolos en verdaderos arrecifes artificiales.

Páginas como virtualglobetrotting.com permiten explorar las kilométricas playas de Mauritania en busca de otros barcos abandonados. Un primer paseo nos permite comprobar que la bahía de Nuadibú no es una excepción. La visión de los solitarios derrelictos junto a la inmensidad de las arenas del Sahara es sencillamente impresionante.

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