


Este proyecto consistia en una esfera vacía, de 150 metros de diámetro, que en su interior albergaria nada más que la tumba de Newton y que transformaba el día en noche y la noche en día. Durante la noche una esfera luminosa iluminaría el interior como si de un verdadero sol se tratara, y durante el día la luz ingresaría por unas pequeñas perforaciones como una clara referencia a firmamento estrellado. En su exterior un zócalo de 50 metros de alto cubierto de cipreses rodeaba la esfera. ¿Pensabas que la idea de colocar árboles en altura era de tiempos recientes? Pues no. Ya en el siglo XVIII ya se había propuesto.
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