


Según ha trascendido, los oficiales del puerto mauritano aceptan sobornos y a cambio de ello permiten que se desechen barcos enteros en el puerto y alrededores de la bahía. Esta práctica se inició en los años 80 después de la nacionalización de la industria pesquera de Mauritania, numerosos buques comenzaron simplemente a ser abandonados allí. Sin duda alguna es todo un atentado contra la ecología del lugar.
Aunque no se ha determinado a ciencia cierta el número exacto de embarcaciones abandonadas se estima que ellas alcanzarían las 350.
Por muy bizarro y extraño que parezca este paisaje apocalíptico no es el único de este tipo en el mundo. El Alang Ship Recycling Yard taggeado en Tagzania es uno más de ellos; otro caso es en Bangladesh donde los países europeos se deshicieron de sus superpetroleros y en solo dos meses su población reducen un petrolero de 240.000 toneladas en chatarra utilizando martillos, palancas y sus manos desnudas; el caso del cementerio de barcos de Kamchatka, al noreste de Rusia, se diferencia del resto por el contraste de su paisaje, aquí el mar permanece congelado la gran parte del año y en las pocas semanas que se puede navegar hasta ese punto, es cuando en su día se aprovechó para llevar hasta allí a esos barcos, donde incluso submarinos de la armada rusa han ido a parar a ese lejano lugar.
Estos son solo algunos ejemplos de muchos más que existen en las costas del mundo.



Saber que hacer con estas grandes embarcaciones una vez dadas de baja ha sido siempre un dolor de cabeza para las autoridades, no solo por su tamaño sino por el costo que significa su desmantelamiento. Ante esta situación ya algunos han tomado cartas en el asunto y han ideado una forma no solo económoca sino también ecológica. La idea es simple: hundirlos. Si, de esta manera la naturaleza completa el proceso convirtiendolos en verdaderos arrecifes artificiales.
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